Cocina con dos frentes
La zona de trabajo se ha dividido en dos frentes paralelos, equipados sólo con armarios bajos. En el de cocción destaca la sensación de orden, lograda con la distribución simétrica del mobiliario y la barra para colgar accesorios. Cocina modular, y campana.
Fregadero
Detrás del área de fregadero se situan varias columnas que alternan armarios, gavetas y electrodomésticos. El frente del fregadero mantiene la estética de la zona de cocción; en su pared, también recubierta de aluminio, otra barra para tener a mano más utensilios de cocina, y arriba, dos estantes para el menaje de más uso.
Pared cubierta con placas
En lugar de alicatar la pared o cubrirla con frentes de material sintético, tipo Silestone o Corian, en esta cocina modular se opta por instalar planchas de aluminio con unas medidas que encajan perfectamente con los armarios del fregadero y la vitrocerámica. Además de ofrecer una superficie resistente y fácil de limpiar, son piezas con impacto en la decoración.
Negro, blanco y aluminio
Los tiradores cromados, la encimera blanca y el suelo metálico aportan brillo y más claridad al mobiliario oscuro. Las paredes revestidas en aluminio facilitan la limpieza, pero además, armonizan con la estética de la cocina.
Suelo metálico
La elección de linóleo metálico en esta cocina fue un acierto porque su planta tan irregular hubiera dado problemas con un solado de formato rectangular y cuadrado, con las juntas vistas y difícil de cuadrar, especialmente en la zona más estrecha. Con el acabado rugoso, las planchas de vinilo simulan un pavimento continuo.
Espacio de almacén
Debajo de la vitrocerámica, se opta por varias bandejas extraíbles. Con guías resistentes para aguantar el peso de la batería, su superficie tiene prácticas tiras antideslizantes.
Barra de desayunos
La barra para desayunos tiene una iluminación independiente de la general. Así, se evita el encendido simultáneo y se reduce el consumo eléctrico.
Fuente: micasarevista
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